Le Jardin du Gomier
Ante la naturaleza rocosa del suelo, la escasez del agua, el clima semidesértico y la alta salinidad del lugar, decidimos crear un jardín xerofítico junto al mar en un terreno en el que la lluvia apenas cae 20 veces al año: nuestro objetivo fue fusionar los jardines con su entorno. La tierra era prácticamente inexistente y las rocas eran la base que cubría el suelo, por lo que levantamos muros y jardineras que posteriormente rellenamos con tierra preparada para la plantación. Tapamos los muros construidos con exuberantes cascadas de flores tropicales que, sin embargo, necesitan poca agua.
Nuestro diseño giró alrededor de un majestuoso Gomier (Bursera simaruba) que encontramos en la propiedad. Las jardineras recubiertas por buganvillas y allamandas incorporan formas curvas que evocan las olas del mar. Las rosas del desierto florecen sin cesar junto a una colección de cactus e hibiscus, bromelias y suculentas, calliandras y pasifloras, moringas y tamarindos…
El viento, el sol, el mar, los atardeceres y amaneceres completan este paraíso caribeño en el que una armada de árboles autóctonos cargados de espinas, como el algarrobo o la acacia farnesiana, protegen el jardín con su sombra mientras se enfrentan con éxito a las largas sequías y a la salinidad del entorno.